viernes, 28 de marzo de 2014

Llega el autobús

Llega el autobús. Y es que los novios habían contratado un autobús para ir del ayuntamiento al restaurante, porque como mi afición por las cañas viene de familia, que son todos un deshecho social :p, pues pusieron un autobús para que no se matara nadie con el coche. Muy inteligente por su parte.

Canapés riquísimos mientras ya me había bebido 4 copas de un champán estupendo y ahí en el césped de los jardines, al solecito, como que me estaba empezando a subir ya muy mucho. Canapés de salmón, jamón en cantidades sustanciosas, canapés de paté con no se qué hierbas extrañas, hojaldres de queso de cabra frito con no se qué… el caso, que todo muy rico, que se me quitó el hambre antes de sentarnos a la mesa, así que ya dentro casi no comí, me dediqué a beber vino blanco, tinto y más champán, por ese orden.

Yo estaba en una mesa con todos mis primos, que estratégicamente habíamos colocado (y es que yo tuve acceso a la colocación de las mesas, Samantha siempre controlándolo todo) lo más alejada del centro de atención, la mesa presidencial, para poder emborracharnos a gusto. Mi prima la más pequeña, con sus 15 añitos, venga a beber vino… y yo tratando de parala un poco… “Srta. Cleptómana (sí, es cleptómana), que te vas a pillar un melocotón de los que hacen época”, pero nada, que ni caso.

Me voy a dar una vuelta por las mesas, a saludar a las gentes que me faltaban y a fichar a mi vasco del alma. Me encuentro con mi Sra. Madre, que se había tirado ya una copa de vino sobre su traje divino de la muerte de Jesús del Pozo. Y es que ella iba casi peor que mi prima la Cleptómana. Mientras la recoloco un poco los pelos de loca, una de las Supremas de Móstoles coge un montón de migas de pan, y al tiempo que grita como si estuviera poseída un “Que vivan los novios!!!”, nos las lanza al aire a mi madre y a mí. Y claro, en esa situación, o te enfadas o te ríes. Así que yo ni corto ni perezoso, sigo el royo con un “Vivan!” y le doy un beso a la Sra. Madre, que como iba ya feliz, pues me abrazó que casi me desencaja las vértebras. Sigo dando la vuelta, paso por la mesa de Asier, saludo a los archiconocidos amigos de mi prima, guiño un ojo a Asier, y prosigo.

Cuando acabé de dar la vuelta a la manzana, el champán había hecho su efecto, y me estaba meando a más no poder. Voy al servicio, salgo, y en la puerta me encuentro con Asier de frente, que sin pensárselo dos veces me planta un muerdo de esos de película que me deja tumbao. Fue increíble, además de ser sensible, listo y estar tremendo, qué manera más dulce de besar... una maravilla vamos :p Nos liamos un ratillo, siempre pendientes de que no viniera nadie, y nada, de vuelta cada uno a su mesa.

La Cleptómana estaba ya borracha como una cuba. Tremendo. Nos vomita el helado de frambuesas con no se qué sobre el mantel, mientras tratamos de arrastrarla hasta el servicio. Vuelve a vomitar de camino, en el centro de la sala, al tiempo que con una maestría digna de ver, se resbala y cae sobre el solomillo de no se qué a medio digerir (claro, iba vomitando en el orden inverso al que había comido). Se pone perdida, la metemos en el baño, sigue echando vino y vino y canapés. Por fin se queda hueca y ya se le pasa un poco. Se durmió un poquito en un sillón que había a la entrada.

jueves, 20 de marzo de 2014

El Retorno de El Periodista de Amarres

Anoche llegué a casa tarde y con unos cuantos grados mas de alcohol en sangre de la cuenta, así que no me vi yo muy capacitado para ponerme a escribir en el blog, por lo que decidí dejarlo para esta mañana.

Ayer fue un día completito donde los haya, con su rato de hacer papeleos por la mañana, q lo odio, luego a la peluquería para irme guapísimo a Sevilla (mañana! Por fin! Mañana!) y luego a comer con mi amiga la Vaaaaaka (con mucho cariño, no tiene nada que ver con que este gorda ni nada por el estilo, es una coña que tenemos), que me hizo una comida riquísima y usamos Amarres poderes telepaticos todo lo posible y más. Esta chica es una de los poquísimos amigos que conservo del colegio, y ya me vale, porque somos casi vecinos y si no fuera porque vamos a la misma universidad yo creo que no nos veíamos, somos lo peor. (Niña, que te echaba una barbarie de menos). El Nuget es el otro, quedamos después de comer con el, pero como yo voy corriendo siempre de un lado a otro y ayer a las 6 tenía ensayo con la orquesta, pues no le vi mas de 10 minutos (a ti también te echo de menos nene, en cuanto vuelvas de Cádiz tenemos que quedar sin falta).



Luego, como he dicho, el ensayo de la orquesta. Unos Amarres, pero merece la pena, Objetivo Sevilla estaba allí, claro. Y cuando acabamos, a las 9 de la noche ya, recordé que habíamos quedado para celebrar el cumpleaños de Yo-virgen-hasta-el-matrimonio. Un cumpleaños que se anunciaba soso soso soso y que fue aun mas soso de lo que esperaba. Así que yo me tomé unas cuantas cerves y unos chupitos y me fui para casa relativamente pronto.

Entonces llega lo mejor. Me meto en el Messenger, la Sra. Mingarro me dice donde trabaja 609663… lo que faltaba para nuestra salud mental. (Mr. Selwyn, hoy no nos da tiempo, pero en cuanto vuelva de Sevilla tenemos que pasarnos por allí, que estoy intrigadísimo por conocerla). Y nada, como de costumbre, me meto en Favoritos y empiezo a ver los blogs uno a uno. Por último, me meto en el de mi ex El Periodista, y allí estaba el nuevo post (este es un pequeño fragmento). Fuente.